Whisky en Japón

El whisky japonés, de origen relativamente reciente pero con un prestigio global, destaca por su meticulosa artesanía y carácter distintivo, inspirado en la tradición escocesa y adaptado al terroir y clima nipones. Las destilerías enfatizan la atención al detalle en cada fase, desde la selección de ingredientes locales de alta calidad hasta el diseño de los alambiques y la gestión de las barricas.

El perfil sensorial tiende a la elegancia, complejidad y armonía, abarcando notas de frutas tropicales, florales, miel y especias sutiles, con ocasionales toques ahumados. La geografía diversa y el clima aceleran la maduración en comparación con Escocia.

Históricamente, la ausencia de una definición legal estricta de «whisky japonés» permitía la inclusión de whiskies importados o parcialmente producidos fuera de Japón. Sin embargo, se está implementando una nueva legislación para establecer estándares de origen y producción más claros, buscando preservar la autenticidad y calidad del whisky japonés en el mercado internacional.

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Dos de las figuras más influyentes en la historia del whisky japonés son Shinjiro Torii y Masataka Taketsuru. Torii era un mayorista farmacéutico y el fundador de Kotobukiya (para convertirse en Suntory, más tarde). Comenzó a importar licor occidental, creando el comercialmente exitoso vino Akadama - vino de Oporto, de influencia portuguesa. Sin embargo, no estando satisfecho con este éxito se embarcó en una nueva empresa, que se convertiría en la obra de su vida: hacer whisky japonés para los japoneses. A pesar de la fuerte oposición de los ejecutivos de la compañía, Torii decidió construir la primera destilería de whisky en Yamazaki, un barrio de Kyoto, un área tan famosa por su excelente agua, que el legendario maestro de té Sen no Rikyu construyó su salón de té allí.

Torii contrató a Masataka Taketsuru como ejecutivo de la destilería. Taketsuru había estudiado el arte de la destilación en Escocia, y trajo este nuevo conocimiento a Japón a principios de 1920. Mientras trabajaba para Kotobukiya jugó un papel clave en ayudar a Torii en la destilería de Yamazaki. En 1934 se fue para formar su propia compañía Kotobukiya-Dainipponkaju, que más tarde cambiaría su nombre por el de Nikka. Hoy en día hay nueve destilerías en Japón y con un éxito exponencial.

Cabe mencionar que los japoneses cuidan la madera de una forma exquisita, y que en 2015 el whisky Yamazaki Single Malt Sherry Cask  fue considerado el mejor del mundo por Whisky Bible (la guía más prestigiosa de los whiskies). Para sus mejores whiskies, los japoneses utilizan su propia madera Mizunara, lo que les da un sabor realmente único, debido a la textura ligera de la madera.